Conocer y dominar herramientas de aprendizaje es esencial para facilitar la efectividad del proceso educativo y motivar a tus alumnos. Por eso, hoy vamos a hablar de una de ellas: el aprendizaje autónomo y las estrategias para promover la autonomía en los estudiantes; a través del cual se estimula su creatividad.
Está 100 % comprobado que el aprendizaje autónomo consigue alumnos más capaces, más resolutivos y con mayor crecimiento académico. Pero, ¿cómo el docente puede aplicar esta herramienta en el aula para conseguir alumnos más autónomos y resolutivos?
En este post, veremos:
- Definición del aprendizaje autónomo.
- ¿Para qué sirve el aprendizaje autónomo?
- Estrategias de aprendizaje autónomo que captan la atención del alumno.
¿Qué es el aprendizaje autónomo?
Este concepto hace referencia a la capacidad del alumnos para organizar su propio proceso de aprendizaje.
Pero no confundamos el ser autónomo en la esfera social (ligado a la espontaneidad y la inconsciencia) con la autonomía en el aprendizaje, que apela a lo consciente, analítico e intencional.
La labor del docente con este tipo de aprendizaje es que el alumno sea capaz de tomar decisiones personales sobre su aprendizaje y sea responsable. Esto implica su participación en una serie de cuestiones, junto al profesor, como estas:
- Definición de objetivos.
- Identificación de necesidades de aprendizaje.
- Selección de contenidos y materiales didácticos.
- Uso de técnicas para el aprendizaje y metacognitivas.
- Autoevaluación.
Nota: El alumno que es capaz de gestionar su propio aprendizaje no quiere decir que sea una habilidad innata. Es una capacidad que se puede desarrollar con el entrenamiento de estrategias metacognitivas.
¿Por qué el aprendizaje autónomo permite el aprendizaje significativo?
Muchos docentes deben implementar este tipo de aprendizaje como estrategia para motivar y estimular a los estudiantes a que desempeñen un rol activo en la estructura cognitiva.
Cuando una persona está motivada, se compromete con ella misma a indagar, cuestionar, analizar y compartir información. Eso le permite:
- Adquirir destrezas múltiples a un ritmo diferente a otra persona.
- Alcanzar conocimientos de forma independiente y continua.
- Generar ideas y conclusiones.
- Autodisciplinarse.
7 estrategias del aprendizaje autónomo que los docentes deben aplicar en el aula
¿Qué estrategias existen para favorecer y estimular el aprendizaje autónomo? Veamos las 7 estrategias que puedes aplicar para motivar a tus estudiantes:
1. Integración tecnológica
El docente debe manejar con soltura herramientas avanzadas de tecnología para aplicarla en el aula. De esta forma, el estudiante aprenderá a usarlas gracias a la guía de su profesor y podrán seguir avanzando en su proceso de aprendizaje de una forma amena y dinámica.
La idea es que el alumno llegue a desenvolverse con suficiente autonomía, llegando a manejar esas herramientas con soltura sin que el profesor esté delante.
2. Aprendizaje cooperativo
El aprendizaje cooperativo es una metodología que rompe con la tradicional, en la que el alumno pasa de ser un aprendiente pasivo a uno activo. Gracias al trabajo en grupo, el profesor puede obtener información de valor sobre cada uno de sus alumnos.
3. Pensamiento crítico
El objetivo del pensamiento crítico es conseguir que el alumno desarrolle su visión sobre un tema que se está tratando en clase.
Para desarrollar su capacidad crítica y de análisis, es necesario alejarlo de otros factores que puedan influir, para que cada uno tenga una postura única.
4. Estudio de casos
Llevar a clase ejemplos reales invita al alumno a la reflexión y a un acercamiento directo sobre las cuestiones a tratar en el aula.
El reto del docente será investigar determinados casos que tengan relación con lo que se esté dando en clase, según las necesidades de sus estudiantes para llamar su atención y fomentar su participación y compromiso con el tema.
5. Aprendizaje por discusión
El profesor debe crear un espacio en el aula que invite al debate, para mostrar pros y contras sobre un tema según el pensamiento de cada uno, dejando que todos puedan intervenir y llegar a conclusiones coherentes.
6. Aprendizaje activo
Cuando alguien es consciente de su evolución, se motiva y se implica más en el aprendizaje.
El papel del docente es despertar interés en el alumno y promover su participación. El profesor actuará como guía y su labor será motivar al alumno en el proceso.
Para ello, se recomienda:
- Fomentar la curiosidad mediante juegos.
- El profesor pasa a un segundo plano, ya no es protagonista en las clases.
- Establecer hojas de rutas.
- Trabajar en la autodisciplina, que se consigue mediante hábitos como la concentración, la implantación y consecución de objetivos, el razonamiento crítico o la motivación.
7. Aprendizaje por competencias
Este se caracteriza por mostrar el progreso de cada uno a su ritmo. Por lo que aquello que se le da mejor, porque tiene mejores habilidades, aprenderá más rápido.
Cada profesor deberá tener en cuenta las necesidades de sus alumnos antes de aplicar estas estrategias de aprendizaje autónomo. Todas ellas han sido probadas y se ha demostrado su efectividad en el proceso educativo. ¿Cuáles ya has probado tú?