Enseñar gramática puede parecer un reto, incluso para profes experimentados. ¿Cómo hacer que tus estudiantes recuerden algo tan técnico de manera interesante y útil? La clave está en usar estrategias dinámicas, emocionalmente atractivas y basadas en contextos reales. Enseñar gramática a extranjeros de forma efectiva implica salir del típico “sujeto + verbo + complemento” y transformar tu clase en un laboratorio lingüístico vivo donde tus alumnos descubran, experimenten y se expresen.
[Este artículo ha sido actualizado el 23 de julio de 2025 para incluir nuevos recursos y enfoques actuales en la enseñanza de gramática en clase de español.]
Cómo enseñar gramática a extranjeros: 10 claves prácticas para lograrlo
Estas 10 estrategias están pensadas para ayudarte a planificar clases más dinámicas, significativas y adaptadas al contexto real de tus estudiantes. Desde enfoques inductivos hasta juegos interactivos, aquí tienes todo lo que necesitas para llevar la enseñanza de la gramática al siguiente nivel:
1. Contextualiza siempre que puedas
Dejar las reglas en abstracto suele ser aburrido. Sin embargo, la gramática puede resultar emocionante cuando aparece dentro de diálogos, textos, vídeos… por ejemplo, un podcast en el que alguien describe cómo pasó su fin de semana para explicar los tiempos del pasado. Así activas el “input significativo” y enganchas a tus alumnos desde el primer segundo.
Además, al situar la explicación dentro de un contexto real, conectas significado y forma, promoviendo así el aprendizaje comunicativo.
2. Usa gramática inductiva: que ellos aprendan las reglas
Enseña a tus estudiantes ejemplos y déjalos deducir la regla por sí mismos. ¿Cómo funciona?
- Presenta frases auténticas (entrada de redes, mini-diálogo…).
- Guíalos con preguntas como:
- ¿Qué forma se repite?
- ¿En qué contexto aparece?
- Escribe la regla en la pizarra cuando la hayan descubierto.
El enfoque inductivo fomenta el pensamiento activo, el análisis y la autonomía. Es ideal para enseñar temas como “ser vs. estar” o pretéritos contrastados.
3. Combina teoría y emoción
Las emociones empujan el aprendizaje. No hay nada como crear un ambiente relajado, con humor, confianza y sin miedo al error: el error es parte del camino.
Cuando tus alumnos se sienten seguros, memorizar estructuras gramaticales es mucho más fácil.
Por ejemplo, propón un juego sobre “ser” o “estar” en parejas. O saca memes, comparaciones culturales, playlists… Todo vale si despierta emoción y participación.

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4. Varía los tipos de práctica
Nada de monotonía. Usa recursos como:
- Práctica controlada: completar frases, ordenar diálogos, crucigramas… [ideal para fijar reglas].
- Producción libre: role-play, entrevistas, creaciones escritas [ayuda a conectar forma y función].
- Juegos: kahoot!, “escape room gramatical”, carrusel de tarjetas.
5. Diagnostica y adapta
El primer paso siempre es preguntarte, ¿a quién estoy enseñando?
- ¿Nivel A1–A2 o más avanzado?
- ¿Adultos o niños?
- ¿Qué dificultades gramaticales tienen? (“ser” vs. “estar”, tiempos verbales, concordancia…).
Para niveles iniciales, enfócate en el abecedario, género y número, los artículos, el presente simple, los verbos “ser/estar”, “haber/tener”… y adapta explicaciones según su lengua materna.
Consejo de profe: enseñar gramática a niños extranjeros requiere un enfoque diferente, más visual, más lúdico y sobre todo más intuitivo.
6. Materiales auténticos, digitales y variados
Recursos bien elegidos ayudarán a tus alumnos a afianzar lo aprendido. Por ejemplo:
- Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE para dudas gramaticales [un seguro de calidad].
- Nueva Gramática Española (RAE‑ASALE) para explicaciones rigurosas.
- Aveteca (Instituto Cervantes): ejercicios por nivel, con materiales imprimibles.
- ELEInternacional: cientos de recursos diseñados por profes de ELE listos para llevar al aula.
7. Mezcla enfoques: inductivo, deductivo y comunicativo
Aunque el inductivo funciona genial, no renuncies al deductivo puro cuando convenga (Reglas claras y directas). Alternar ambos según el objetivo mejora la flexibilidad pedagógica.
Siempre enlaza con el idioma real: tu clase debe ser un espacio comunicativo donde la gramática apoya la conversación.
8. Usa la tecnología para dinamizar
Las apps son excelente complemento:
- Kahoot!: ideal para revisar estructuras con un toque de competición.
- Genially: crea actividades interactivas para reforzar gramática.
Consejo de profe: no dependas de las apps. Úsalas para impulsar la fluidez y crear espacios de práctica.

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9. Emocionalidad y cultura
La gramática brilla cuando va de la mano de la cultura. ¿Por qué no trabajar “por/para” con ejemplos de la vida real? ¿O “ser/estar” en adjetivos culturales, como tradicional, autóctono, mítico, o simbólico?
Crea dinámicas sobre fiestas típicas en países hispanohablantes, roles, descripciones reales… conecta forma y significado.
10. Refuerza la autonomía: que investiguen por su cuenta
La clase no debe ser el único espacio donde los alumnos interactúen con la gramática. Si quieres que realmente interioricen lo aprendido, anímalos a explorar por su cuenta fuera del aula. Esto no solo refuerza lo visto en clase, sino que fomenta su autonomía, curiosidad y pensamiento crítico.
Esto ayuda a que tus estudiantes construyan hábitos de aprendizaje activo.
Transforma la gramática en magia
No necesitas ser filólogo ni tener mil años de experiencia para enseñar gramática a extranjeros de manera significativa. Necesitas empatía, creatividad y claridad. La gramática no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para que tus estudiantes se comuniquen mejor, se expresen con confianza y entiendan el mundo en español.
Recuerda: cada error es una oportunidad, cada clase es una posibilidad de crecer. Apuesta por un enfoque realista, humano y variado.
Lo demás lo pones tú: tu entusiasmo, tu mirada pedagógica y esas ganas de ayudar a tus alumnos a decir su primera frase bien construida y con sentido. Porque cuando alguien entiende por fin el uso de “por” y “para”, o clava el imperfecto al contar una historia… ahí es donde ocurre la magia.